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Al discurrir con sutileza, Alejandro Boscán procede a hilar con sumo cuidado un discurso donde deja atrás los colores que fueron su Universo, esos que nada tienen que ver con los patrios.

Esos colores que siempre identificaron su entorno, su apreciación sobre la geografía donde sus pies se enclavaban,

Donde jugaba a crear un rompecabezas bidimensional, en el cual el color transitaba entre formas, textos, texturas e iconografía local,

podría decir que la arquitectura y el diseño, se aliaban con la imaginación de su ¨yo¨ fotógrafo en la búsqueda de un placer visual que se ampliara a su entorno.

 

Una nueva geografía plástica creada por los recuerdos, la memoria, lo que aún queda, ayudado por las herramientas tecnológicas del presente. 

Es Fotografía, hecha con luz provenga de donde provenga.

 

La Fotografía está ligada a las circunstancias, a la geografía, por lo tanto a la luz. La luz confronta los sentimientos y los deseos, estos a su vez se tornan en los elementos que motivan la conducta creadora.

Pintores como Auguste Renoir lo sintieron y expresaron en su trabajo, esos sentimientos y deseos...fotógrafos como Ansel Adams, buscaron la luz de sus deseos y fijaron sus sentimientos en blanco y negro.

Forasteros en búsqueda de Apolo y Artemisa...Luz y Deseo...algo que se contagia, es un virus.

 

Hoy transita como “forastero” las calles de Santiago, descubriendo la geografía donde ancla sus pies, aún no siendo un emigrante, está en proceso de adaptación, ayer lo bautizaron los Andes con un terremoto, dice: “estoy bien...mi cámara me ayuda a interpretar ésta luz nueva ante mis ojos”...Es la mirada del forastero.

 

Beto Frangiéh, Panamá 2015

Alejandro Boscán

Photographer

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